Andar en el Espíritu es andar en la fe.
Vivir en la certeza del cumplimiento de las Promesas de Dios.
Al mismo tiempo, librándose de las dudas, de los miedos y de hechos del pasado que están siempre atacando.
No es posible andar en el Espíritu y en la duda simultáneamente.
Por eso la necesidad de estar siempre reprendiendo los pensamientos negativos soplados en la mente.
No cuesta nada resistir a las dudas con un ¡Está atado, en el Nombre de Jesús!
No necesita hablar fuerte. Use la Palabra de Dios contra cualquier pensamiento negativo.
Recuerde: la mayor guerra de la fe se libra en el interior contra las dudas, los miedos, las ansiedades, las preocupaciones y el pasado.
Andar en el Espíritu es andar en la fe.
Vivir en el Espíritu es vivir en la fe.
Sólo quien nace del agua y del Espíritu Santo es capaz de eso.
Obispo Macedo.
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