sábado, 7 de abril de 2012

Prestar atenciòn a las cosas invisibles.

Por eso, el Espíritu Santo nos advierte para no prestar atención a las cosas visibles, sino a las invisibles. Porque las visibles son temporales y las invisibles son eternas. (2 Corintios 4.17-18)


Cuando una persona basa su vida en la fe inteligente, ésta no acepta ninguna semilla de duda ni se rinde a las tribulaciones “leves y momentáneas”, por muy difíciles que sean. Al contrario, hay una resistencia natural provocada por la convicción personal de victoria. De ahí nace la indignación de la reclamación del cumplimiento de la Palabra del Eterno Dios.

Eso significa ver lo invisible, creer en lo imposible, vivir de fe en fe y por la fe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario