“¿Cómo puedo tener certeza de que soy un verdadero siervo de
Dios?”
Respuesta:
Por la sumisión, dedicación y servicio total de su vida a
Dios. El Señor Jesús solamente es Señor de aquellos que Lo sirven. El Espíritu
Santo solamente es Señor de aquellos que obedecen Su voz. ¡Siervo es aquel que
sirve! Los frutos y los dones del Espíritu Santo son consecuencias de una vida
dedicada al Señor Jesús.
Es verdad que los siervos de este mundo, para tener sus
derechos y privilegios garantizados, son obligados a cumplir ciertas exigencias
de sus señores. Pero los siervos del Señor Jesús no se preocupan con derechos o
privilegios porque el solo hecho de servirlo ya es es la mayor gloria de sus
vidas.
Servir al Señor Jesús es el privilegio más glorioso del
mundo. Muy pocos, infelizmente, son los que
participan de esta gloria, sin
embargo sus participantes son honrados por el propio Padre, conforme dice el
Señor: “…Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”, (Juan 12:26).
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